Me encantan los elementos discordantes y apartados, siento una especial atracción y una predilección nada racional. Como lo que se suele decir, ser defensora de pleitos pobres.
Y es que lo que se escapa de las normas, dictadas por la sociedad casi siempre, es lo que le da precisamente las pautas a seguir a aquél que destaca. Y eso me apasiona.
Una de las tendencias polémicas esta temporada son las sandalias feas, es decir, los calcos de las antiguas curapies que ya usaban nuestros abuelos, y que una marca puso de moda causando furor.
He encontrado mi versión preferida, sandalias de piel y tachuelas, en negro, y perfectamente combinables con outfits dulces.
Otorgan carácter, y distinguen del resto, que hay de feo en ello...?
Feliz miércoles!!!
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