Un lugar donde evadirse, un descanso del mundanal ruino, un retiro espiritual, un rinconcito tranquilo, un espacio propio...
Llama como quieras a ese otro mundo paralelo que te creas para no pensar en casi nada, o a lo mejor un poco en ti.
Llénalo de pocas cosas para que nada distorsione la idea de desconexión.
Yo he creado un Jardín para mis insectos, y ahí cabe de todo lo que puedo llegar a soñar.
Feliz Martes!!
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